Comienza esta excursión de un día con una visita a Calella de Palafrugell, donde parece que el tiempo se detiene. Dirígete a la playa de Port Bo, donde verás los barcos en su salida diaria de pesca. A lo largo de la costa, admira las casitas bajas y encaladas que han sido renovadas pero conservan todo el encanto de antaño. El litoral de esta zona se ha salvado del frenesí constructor que ha afectado últimamente a nuestra costa.
Descubre las casas de estilo colonial indiano, construidas para personas que emigraron a América y Cuba y regresaron con una fortuna. Algunos volvieron a casa con el recuerdo de aquellas tierras extranjeras y su música dulce y triste, las habaneras. En la playa de Port Bo, admira las barcas repletas de gente cantando sus melancólicas canciones.
Camina 15 minutos por un sendero marítimo hasta Llafranc, una pequeña cala de arena dorada con un pequeño paseo marítimo, terrazas y restaurantes. Desde aquí, las colinas circundantes, donde se alza el faro de Sant Sebastià, ofrecen magníficas vistas de la costa.
Desde Llafranc irás a Begur, otro pueblo de pescadores, con un castillo en lo alto que domina la costa y la llanura del Baix Empordà. Deambula por las intrincadas callejuelas y plazuelas, descubriendo pequeñas joyas que destacan sobre los demás edificios.
Haz una parada para comer en Pals, donde podrás degustar el delicioso arroz que se cultiva en esta zona. Después de comer, visita el barrio gótico de Pedro, la iglesia de Sant Pere, la Torre de las horas y Peratallada, una maravilla de la arquitectura civil medieval. Observa cómo esta pequeña ciudad conserva intacta su herencia feudal, con calles estrechas y sinuosas y edificios de piedra. Visita el foso, el Castillo-Palacio, la plaza porticada y otras callejuelas que te apetezcan.